El otro día estábamos haciendo el video de un DIY de trenzas con Rochi Lanusse para el Blog de Tigris y yo era la "modelo" porque básicamente la idea era mostrar como te podés trenzar el pelo y hacer un peinado vos sola. Mientras miraba las fotos desde un punto de vista profesional no podía dejar de mirar todo lo que para mi son mis defectos. Obvio que miraba los defectos y no las virtudes y me quedé pensando. Empecé a hablar con mis amigas del tema de las virtudes de cada una y todas me podían nombrar muchos defectos de sí mismas pero a la hora de las virtudes se quedaban mudas y empecé a preguntarme por qué. Mis amigas, llenas de virtudes y sin nada lindo para decirse a sí mismas.

¿Será tal vez que las mujeres hacemos tanto y nos piden tanto que en esa vorágine de expectativas propias y ajenas empezamos a mira todo lo que nos falta, todo lo que no hacemos, todo lo que no somos? Nosotras estudiamos, trabajamos, tenemos hijos, maridos, novios, parejas. A veces todo eso y mucho más al mismo tiempo. A veces marido sin hijos y a veces hijos sin marido. En lo posible hijos por parto natural y sin anestesia, hasta sin dolor por el poder de la mente y la concentración según cuentan en las revistas. Mientras comemos comida vegana preparada por nosotras mismas. Además tenemos que ir al gimnasio, estar radiantes, bien vestidas, peinadas, flacas, la casa impecable, la cocina ordenada, la alacena rotulada al mismo tiempo que vamos dejando reposar la chía orgánica a la noche y llevamos a los chicos al dentista. ¡Vení que paso el plumero mientras hago sentadillas!

¿Por qué es tan fácil mirar una foto y pensar en lo que está mal de mí y no en lo que está bien? ¿Por qué miramos lo que nos falta? ¿Por qué no pensamos en lo que si está bien? Ver nuestras virtudes como aliento para el día a día de toda esa lista interminable de pendientes. Y como nada es casual justo miraba fotos en Instagram y  encontré una de Marie Claire donde le pedían una chica que le diga una cosa que le gustaba de ella y se me ocurrió proponerles que digan una cosa física y otra de personalidad que les guste de ustedes.  Por eso arranco yo -qué difícil eh-. Lo que más me gusta de mi  es mi boca y mi sentido el humor, poder reírme de todas las situaciones y sobre todo de mi misma.

¿si tienen ganas se suman y me cuentan? Ni un defecto, eh, sólo virtudes. La idea es que sea desde un lugar de querernos a nosotras mismas, desde un lugar lindo de sana autoestima para sentirnos mejor. ¿Se animan? Ojalá que si. Las espero acá en los comentarios o en Instagram con #loquemegustademi


PD: Quiero decir que este texto no es en contra de ninguna mujer o de sus creencias, decisiones y elecciones. Al contrario es a favor de todas. A favor de que todas podamos hacer lo que sintamos que es mejor con el corazón y a la vez sentirnos bellas y poderosas. Espero que se entienda de esa manera. ¡Gracias Flor!